sábado, 10 de agosto de 2024

Queréllate, que algo queda

Convertida la fiscalía general del Estado en la fiscalía particular del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, no resulta extraño que la abogacía del Estado se haya convertido, a su vez, en el bufete particular del psicópata de la Moncloa y sus compañeros de lecho.

Lo malo (para él) es que la obediencia perruna que muestran algunos de los miembros de este cuerpo no va apoyada por una, no vamos a llamarle brillantez (que sería pedir demasiado), traza de lustre jurídico que permita esperar que las acciones legales emprendidas tienen algún viso de prosperar.

Y así, obligados por mandato de la superioridad a presentar una querella por prevaricación contra el juez que ha tenido la osadía de investigar a la pareja del psicópata, y citar a éste como testigo, toman como fundamento jurisprudencial una sentencia en la que se condenó por prevaricación a un juez… que impidió la práctica de diligencias, en luhgar de instar la misma.

O sea, que se basan en el quedarse corto para atacar al que, presuntamente, se pasa.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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