Sabía
que la familia de la diputada neocom
Carolina Bescansa nadaba en la abundancia (que son ricos, vamos) gracias al
negocio farmacéutico. Lo que no sabía era que, dentro de la farmacopea, se
habían hecho de oro vendiendo… purgantes.
No
deja de ser irónico que, andando el tiempo, la (ya no tan) niña Carolina haya
acabado ella misma purgada por su jefe de filas. Purgas que, dicho sea de paso,
acontecen en todas las formaciones políticas, pero más en las de izquierdas
(recordemos el que se mueve no sale en la
foto) y, como suele ocurrir, tanto más cuanto más a la izquierda se está. Ni
siquiera la adhesión fervorosa e incondicional al líder único de turno (porque
los líderes no son eternos, ni siquiera entre los comunistas, aunque como en el
caso del tiranosaurio del Caribe, casi lo pareciera) garantiza la permanencia:
que se lo digan, si no, a Tania, a Íñigo y a tantos otros.
Como
decía, la última (de momento) en ser relegada ha sido la explotadora de menores
en sede parlamentaria, que ha sido apartada de la comisión de reforma de la Constitución para ser sustituida por esa cuyo único mérito conocido –y eso me
lo reconocen hasta los que me ponen verde por decirlo, y no digamos a Hernando-
es ser la churri (de momento) del líder único.
Claro
que, como una vez liberada de las servidumbres del cargo, como a todos los
humanos, parece que la lengua se destraba, Carolina ha pasado a largar las
verdades del barquero. Y la primera, en la frente, que para eso Junior lleva la pelambrera recogida en
una coleta. Según Bescansa (que bescansada
se habrá quedado después de decirlo), a Podemos le falta un proyecto político para España, y a
ella le gustaría un partido que le hablase más a los españoles y no solamente a
los independentistas.
Lamento
estar en desacuerdo con ella. Bueno, no lo lamento, de hecho era lo que cabía
esperar, pero se me entiende. Empezando por el final, cuanto más se dediquen a
hablar sólo a los secesionistas, más se hundirán (de eso escribiré a la vuelta
del fin de semana). Y terminando por el principio, los neocom sí que tienen un proyecto político para España. El mismo que
tienen todos los totalitarios, y que ya han puesto de manifiesto allá donde han
tocado poder (en general, repito por enésima vez, gracias al apoyo de los
socialistas).
Quitar
a los que están para ponerse ellos y hacer eso que criticaban, más y peor.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario