No recuerdo si ha sido la casualidad la que ha hecho que esta entrada caiga precisamente hoy, día en que está anunciado el golpe más serio a la democracia española de los últimos treinta y seis años, o bien si fui yo quien moví las piezas para que cayera exactamente aquí.
El hecho es que el secretario general de los socialistas españoles –frente al que, en comparación, el cincuncejo resulta un eminente estadista de talla mundial- salió, a comienzos del mes pasado, con el concepto de nación de naciones para referirse a España. Si Rodríguez dijo que nación era un concepto discutido y discutible, Sánchez ha banalizado el concepto. Porque considera nación a España (faltaría más), pero también a Cataluña, Vascongadas y Galicia, ninguna de las cuales, salvo la última y brevemente, ha tenido una existencia política como un todo. Nunca. Jamás.
Cuando alguien intenta quedar bien con todos, lo normal es que no quede bien con nadie. No lo consiguen ni los grandes sabios, mucho menos un lerdo bueno para nada como Sin vocales. No habían pasado ni veinticuatro horas desde su desparrame verbal cuando la líder-esa de Andalucía saltó a la palestra, toda ofendida, señalando que Andalucía no es menos que Cataluña, Vascongadas y Galicia.
Ni más tampoco, Susanita. Todas son, simple y llanamente, regiones de España, patria común e indivisible de todos los españoles.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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