El
argumento de los golpistas catalanes para criticar la actuación de los cuerpos
y fuerzas de seguridad del Estado fue que se comportaron violentamente contra
gente que se manifestaba pacíficamente
y que ha seguido haciéndolo pacíficamente.
Vamos
a dejar aparte (como no me canso de decir, el catalán debe ser un dialecto
abstruso en el que las palabras significan lo contrario de lo que parecen
querer decir) el hecho de que montar barricadas, prender neumáticos, apedrear
coches de policía y chantajear a empresarios hoteleros para que desalojen a
miembros de la Policía Nacional y de la Guardia Civil no es lo que una persona
normal entendería por pacífico.
Incluso
si descontamos eso, el que una concejal de los Clicks Unidos de Playmobil haya tomado nota de los comercios que no secundaron la huelga (una huelga promovida e
instigada desde las instituciones) no es pacífico. El que un instituto de
Barcelona haya castigado a los alumnos que apoyaron a la policía, no es
pacífico. El que doscientos alumnos se manifiesten pidiendo respeto a los hijos de guardias civiles, tras las informaciones de un trato degradante por parte
del profesorado, demuestra que no hay un clima pacífico.
La
única paz que conciben esto es la de los cementerios llenos de aquellos que no
piensan (es una manera de hablar) como ellos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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