La
gramaticalmente incorrecta ley de
violencia de género (las personas no tienen género, tienen sexo) debería haber
sido declarada inconstitucional desde el minuto cero. Y debería haberlo sido
porque consagra la presunción de culpabilidad del varón heterosexual, yendo en
contra del principio de que toda persona es inocente hasta que se demuestre lo
contrario. También porque parece olvidarse de la violencia en las parejas
homosexuales, que por ley de probabilidades tiene que haberla: aplicando sus
postulados, si son lesbianas no habría culpables, y si son maricas (forma
rápida de decir homosexuales varones, aunque al explicarlo me cargo esa rapidez)…
lo serían los dos.
Viene
todo esto a cuenta por el asunto de Juana Rivas, que hace cosa de un mes saltó
a los titulares en relación con la violencia doméstica que habría sufrido y que
le hizo (creo recordar) desaparecer temporalmente con sus hijos antes de
reaparecer y comparecer ante los tribunales. Pues bien, ha tenido que ser su ex
marido el que haya señalado lo evidente: que la Ley de violencia de género
española vulnera sus derechos.
Si ya lo decía yo...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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