lunes, 9 de octubre de 2017

Cataluña es España

Los que llegaron a las poltronas criticando a aquellos que las ocupaban no tardaron en demostrar, más pronto que tarde, que adolecían de los mismos vicios que aquellos a los que vituperaban. Entre ellos, el actuar convencidos de que lo que hacen es lo que la gente quiere… aunque luego la gente les ponga como hoja de perejil.
Esto ha ocurrido en la capital de Aragón, cuando el alcalde (ese que carga a las cuentas municipales el gasto en gomina) invitó a la bruja Piruja al pregón de las fiestas del Pilar. Al conocerse la noticia, las críticas se desataron. Cuando el primer edil de la antigua Cesaraugusta apareció en el acto de la patrona de la Guardia Civil, lo que se desataron fueron pitos y gritos.
Naturalmente, cuando los pitos y los gritos son contra los neocom, estos no lo consideran un ejercicio de la libertad de expresión, sino una manifestación de intolerancia casi fascistoide…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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