Quizá
sea que un servidor está chapado a la antigua, o que tengo un pensamiento
retrógrado, o vete tú a saber qué. El caso es que opino que los religiosos no
deberían meterse en política, y mucho menos tomando partido por alguna opción
política en particular. Si encima esa opción política es profundamente anticristiana,
apaga y vámonos.
Es
el caso del tal padre Ángel. Por la frecuencia con la que aparece en los
medios de comunicación, uno empieza a dudar que tenga tiempo para dedicarse a
su ministerio y a sus feligreses. Pero cuando encima le dice al Chepas
que personas como él (Junior, no el otro) ayudan a conseguir que un mundo mejor sea posible, y encima añade Déjame decirte ¡que Dios te bendiga!
y pedirte también que tú me bendigas a mí, uno ya no sabe si el religioso
ha perdido el oremus, está chocheando o se ha pasado con la ingestión de
líquidos espirituosos.
Dicho
sea con todo el respeto que me merecen las órdenes que recibió en su día.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario