Las
sucesivas reformas educativas que se han producido en España desde el
advenimiento de la democracia no han hecho más que crear un rebaño de pollinos
(y que me perdonen los jumentos). Eso ha hecho que los progres, sobre
sectarios -eso lo son casi todos los humanos, y más si están profesionalmente
en política y son españoles-, sean profundamente ignorantes.
Así
las cosas, si ven un águila en cualquier parte la van a considerar franquista,
aunque sea un escudo con medio milenio de antigüedad. Y si ven la palabra franco
pensarán en el general triunfador en África y en la Guerra Civil que rigió los
destinos de España durante tres décadas y media y al que, al parecer, son
incapaces de sacarse de la cabeza.
Todo
esto les lleva a protagonizar actuaciones del bochorno más espantoso, al que por
desgracia (para ellos y para nosotros) son inmunes porque para abochornarse habría
que tener sentido del ridículo, y ya sabemos que los políticos actuales de
izquierdas, salvo honrosas excepciones, son un hatajo (con hache) de sinvergüenzas.
Uno
de los últimos casos -seguramente hay más, porque cuando la linde se acaba, el
tonto sigue- lo ha protagonizado un senador comunista por la comunidad
valenciana (qué tiempos aquellos en los que la llamada cámara alta venía
a ser una asamblea de notables, doctos e intelectuales), que ha pedido que se
aportara toda la documentación del expediente para cambiar de denominación la
"calle Franco" en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.
Ha
tenido que ser el alcalde (del PP) de la ciudad el que señalara lo evidente (evidente
para cualquiera con dos dedos de frente y sin unas orejeras ideológicas que le limitan
la percepción): que el franco con que se nombra la calle no fue un
general, sino una moneda, como podría deducirse de que los viales colindantes llevan
los nombres de Dólar, Libra, Dracma, Rublo, Florín, Peso, Chelín, Yen, Marco,
Escudo, Euro y Peseta, cuestión esta fácilmente comprobable recurriendo a
una aplicación como Google Maps, apostilló el primer edil alicantino.
Pero
es que para ello, señor alcalde, deberían saber utilizar la aplicación. Cosa que,
visto lo visto, se antoja cuanto menos dudosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario