No
lo había pensado hasta unos segundos antes de ponerme a escribir la entrada,
pero podríamos considerar que Andalucía ha venido siendo, los últimos cuarenta
años, la Argentina de España.
Una
región rica, con potencial, pero sumida en la ruina más absoluta por culpa de
unos gobernantes que mezclan a partes casi iguales la inepcia y la corrupción,
que consideran el puesto que ocupan, no como una obligación de servir al pueblo
que le ha colocado ahí, sino como un medio de apalancarse en la poltrona al
tiempo que se llenan los bolsillos a manos llenas… cuando no se dedican a
gastar el dinero en droga y putas, literalmente.
Cómo
serán las cosas que, en sólo un año, se ha logrado pasar de un déficit de
ochocientos trece millones de euros a un superávit de treinta y dos (millones,
no euros). Es decir, que le han dado la vuelta al calcetín por valor de ochocientos
cuarenta y cinco millones de euros, que se dice pronto. Y todo ello, bajando
los impuestos.
Es
posible que Laffer se limitara, como dicen sus detractores, a unir los puntos
de su famosa curva. Pero, al menos, tuvo el ojo de ver la curva.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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