Si
la memoria no me falla, fue Benjamin Franklin quien, hace cosa de dos años y
medio planteó el dilema de tener que elegir entre libertad y seguridad. Un dilema
que no ha perdido vigencia en el tiempo transcurrido, y que hoy tiene la misma
importancia que entonces, si no más… porque los medios para coartar la libertad
son infinitamente mayores.
Tiene
por tanto todo el sentido del mundo que Maite Pagazaurtundúa alertara sobre el
peligro que el otorgar poderes excepcionales a los gobiernos, por muy
democrático que fuera el modo en que fueron nombrados, supone para las democracias europeas, incluida la española. En esa misma línea, aunque en un tono
mucho más melodramático, Vox declaraba que nos encontrábamos ante un golpe de Estado del propio Gobierno, y anunciaba acciones legales urgentes contra el
ministro Pequeño y el general de la Guardia Civil que pronunció las
siguientes desafortunadas palabras:
Estamos trabajando contra los bulos con nuestros especialistas en dos direcciones. Una, a través de la Jefatura de Información, con el objetivo de evitar el estrés social que producen esta serie de bulos. Otra de las líneas de trabajo es también minimizar ese clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno. Todos estos bulos, luego, los tratamos de desmentir a través de nuestras redes sociales
Porque
se hace duro creer que una de las instituciones más respetadas y queridas de
España, como es el cuerpo creado por el Duque de Ahumada, esté ejerciendo
labores poco menos que de policía política, algo impensable en una democracia. Naturalmente,
los dos ministros afectados -Pequeño y Madgadita se apresuraron a
matizar o desmentir lo que muchos habían deducido. Sin embargo, no deja de ser
curioso que el principal implicado, esto es, el general de la Benemérita, no
dijera nada sobre su intervención y el sentido de sus palabras.
El
principal partido de la oposición reaccionó en dos frentes, el suave -Casado
exigió que el dctr Snchz explicase si había ordenado coartar la
libertad de expresión de los ciudadanos para tapar sus errores (algo nada
descartable, conociendo al personaje y su escasa tolerancia a las críticas)- y
el enérgico (con Cayetana Álvarez de Toledo dando por real la orden a la
Guardia Civil, considerándola ilegal y denunciando el bochorno de tapar críticas con aplausos).
Porque
el hecho es que había un correo electrónico del instituto armado en el que se
pedía identificar los bulos que creasen desafección hacia instituciones
del Gobierno; el hecho es que ese correo iba firmado por el general que
dijo lo que dijo; y el hecho es que la Unión de Oficiales de la Guardia Civil
tuvo que señalar la evidencia de que ningún subordinado debería cumplir con una orden manifiestamente ilegal.
Por
ello, y por mucho más…
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