Rafa
Nadal, sobre ser el mejor tenista español de la historia (al menos, en lo que a
títulos se refiere) y (por la misma razón) uno de los mejores de la historia,
es una persona con la cabeza muy bien amueblada que nunca, o casi nunca, pierde
los papeles y que gusta de llamar al pan, pan y al vino, vino.
Por
eso, tiene toda la lógica del mundo que diga que no quiere una nueva normalidad,
sino recuperar la antigua. Porque si es normal, no es nuevo; y si es nuevo,
no es normal (esto último es mío). Precisamente por haber señalado eso, las
hordas izquierdistas se le han echado encima, intentando generar una ola de rechazo
hacia el manacorí, al que han tildado de facha.
Van
aviados. Si hay alguien querido y admirado en España por todos los hombres de
buena voluntad sin unas anteojeras ideológicas, ese es precisamente don Rafael
Nadal Perera.
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