Ni
los defensores más acérrimos, los apesebrados más recalcitrantes y los
lameculos más contumaces de este desgobierno que padecemos son capaces de
afirmar que lo esté haciendo bien. A lo más que llegan es a plantear que, como Juan
Echanove dixit, la derecha hubiera cometido los mismos errores. Con lo
cual es posible que no se den cuenta, pero admiten que socialistas y comunistas
han cometido errores: probablemente, no hayan cometido otra cosa, pero ese es
otro tema.
Porque
el desgobierno adquirió test que se demostraron defectuosos; pero es que los
comprados para sustituir a éstos tampoco funcionaban para detectar el Covid-19.
Mientras, un hospital privado se las apañó para comprar test suizos que sí
funcionaban, dejando en evidencia al desgobierno cuya política es cuando te
ofrecen una ganga, a veces no lo es tanto (debieron faltar a clase el día
que daban la lección de que quien compra barato, compra dos veces… por lo
menos). Que el intermediario en la compra de esos test defectuosos fuera una empresa catalana especializada en cosméticos quizá explicaría las cosas… y no
me refiero al origen geográfico, sino a su nicho de mercado.
Y
mientras los comunistas, que lo único que saben hacer es regular aunque la
regulación no valga para nada, fijaban el precio máximo de venta de las mascarillas en noventa y seis céntimos (con lo que nadie iba a venderlas,
porque eso supondría el hacerlo a pérdida y, por lo tanto, la ruina), el consejo
de gobierno de la comunidad autónoma de Madrid anunciaba la compra de catorce millones de mascarillas de calidad y de larga duración. Y es que, mientras unos
predican, otras se dedican a buscar y dar trigo.
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
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