Como
ya he dicho en varias ocasiones -realmente, me estoy columpiando; pero como me
conozco, y habida cuenta de que ya llevo ochenta entradas escritas sobre el
tema, es un balanceo sin apenas riesgo-, el desgobierno de Sin vocales
es una combinación de inepcia y maldad sin parangón. En condiciones normales,
resultarían desastrosos; ante la pandemia del Covid-19 resultan, lisa, llana y
literalmente, letales.
Tomemos
las noticias de hace una semana escasa. La primera fue que el gobierno regional
catalán comunicó (por sorpresa, dice el periódico) a Sanidad seiscientos treinta y cinco muertos (¿Qué sorpresa? ¿Miren ustedes, hemos abierto una puerta
porque olía un poco mal y nos los hemos encontrado?), lo que hizo saltar
las alarmas. Hasta tal punto que dijeron nos preocupa mucho, cuando los
que deberíamos estar preocupados (algunos lo estamos) somos los españoles, los
que no les votamos y los que sí (éstos, quizá un poco más, por su parte
alícuota de responsabilidad por persona interpuesta).
La
segunda fue las declaraciones de la actriz Maribel Verdú, que confiesa que cree
que padeció el coronavirus antes de la declaración del estado de alarma, cuando
se encontraba en Bélgica. Teniendo en cuenta que el experto declaraba
públicamente en aquellas fechas que en España no se producirían más allá de uno
o dos contagios… ¿quién sería el otro?
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
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