Dice
el titular de la noticia que comento hoy que Las cuentas no cuadran: Sánchez
tendrá que aplicar recortes con o sin rescate de la UE, y bajo él añade que
El Gobierno peca de optimista en su previsión fiscal. La recaudación se
hundirá mucho más de lo que calcula Hacienda y obligará a aplicar ajustes. Así
que vamos por partes.
Es
difícil que las cuentas públicas, salvo en países serios, cuadren alguna
vez (en el sentido de gastar como máximo lo que se ingresa). Si ese país es
España, y el gobierno es de izquierdas, esa dificultad se torna quimera,
utopía, fantasía delirante. Al fin y al cabo, esa gente tiene el concepto de
que el dinero público no es de nadie; eso, cuando no sale un economista
comunista (un oxímoron que rima, que casi escribo ecomunista… lo mismo
me guardo la palabra y la reutilizo alguna vez) que se saca de la manga el que
la solución al déficit público reside, simplemente, ¡en que el Gobierno imprima
más dinero! (que se lo digan a la Alemania de entreguerras, a la Zimbabue de Robert Mugabe o a la Venezuela chavista).
Que
deberían aplicarse recortes es algo meridianamente claro. Lo es desde hace
décadas ya, y deberían haberse aplicado desde que es claro que deberían hacerse
(perífrasis que empleo para no repetir que tendrían que haber tenido lugar hace
ya décadas… aunque acabe de hacerlo; la repetición, digo). Que se hagan, con
o sin rescate de la UE, es algo mucho más oscuro, difuso, neblinoso… Vamos,
que me lo creeré cuando lo vea.
En
cuanto a que el desgobierno peque de optimista, eso es ser muy suave. A pesar
de que el marxismo se suele definir como socialismo científico, el hecho
es que son tan utópicos como Saint-Simon, Fourier u Owen. Entre el mantenido y
el mantenedor pergeñaron un edificio ideológico basado en presupuestos que la
realidad, terca ella, lleva casi dos siglos demostrando que son más falsos que
un euro de madera (o que valen menos que los euros, de seguirse las ideas del ecomunista…
hala, ya empleé la palabrita). Las previsiones de los gobiernos de izquierdas
-al menos las de los españoles en materia económica y/o fiscal- rayan
directamente en la irrealidad.
Vamos,
que lo único cierto y verdadero de todo el texto del primer párrafo es que la
recaudación se hundirá. Por no creérmelo, no me creo ni lo de los ajustes…
Bueno, sí, que la izquierda mundial nunca tiene empacho en apretar el cuello y
vaciar los bolsillos a cualquiera que no sean ellos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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