Durante
el confinamiento, como hay pocas cosas que distraigan a la población en
general, cabe la esperanza de que algunos perciban, además de la inepcia, el
rampante egoísmo y el comportamiento incoherente -por no decir directamente
hipócrita- de aquellos a los que han otorgado su voto.
Es
el caso de la bruja Piruja, a la sazón primera edil de la ciudad condal,
que ha aprovechado el que no puede desplazarse para adquirir, con cargo a las
arcas públicas -que, de acuerdo con la escuela de Cabra, están llenas de
dinero que no es de nadie- un coche oficial por el módico precio de cuarenta y
siete mil euros.
Lo
más gracioso, por llamarlo de alguna manera, es que apenas dos días
antes la número dos de la citada hechicera había llamado a evitar la reactivación de la industria del automóvil. O no se habla con su jefa, o hay
una descoordinación del carajo en la plaza de san Jaime…
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
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