A
finales del mes pasado -¡cómo pasa el tiempo!- se produjo un escándalo de
proporciones mayúsculas, y ya es decir considerando el nivel de los escándalos
del desgobierno socialcomunista.
El
ninistro Pequeño destituyó al jefe de la Guardia Civil en Madrid
por el escándalo del dispositivo de seguridad en torno a la casa del Chepas
-a lo que se ve, es alérgico al jarabe democrático que tan liberalmente
recetaba cuando los jarabeados eran otros- y el informe del 8-M.
En
relación con lo primero, se han retirado agentes de otros pueblos para blindar
la casa del hijo del terrorista, la calientacamas y los tres hijos de la
pareja. En relación con lo segundo, el informe del 8-M veía (habría que ser
miope para no verlos) indicios de delito en la actuación del Gobierno. La
cosa no acabó ahí, porque al día siguiente dimitió el Director Adjunto Operativo del instituto armado como reacción al cese del coronel Pérez de los
Cobos.
El
ninistro trató de cerrar la crisis nombrando inmediatamente un nuevo DAO, y aprobando una subida salarial a policías y guardias civiles. El problema
es que esa subida salarial, sobre ser moralmente obligada (por el agravio comparativo con las policías regionales), llevaba tiempo
acordada, con lo que la cosa soltaba un tufo a intento de untar
voluntades que tiraba para atrás.
Y
la cosa no terminó, porque otras veinticuatro horas después, el ninisterio
tuvo que apartar al número tres de la Benemérita tras haber sido señalado
como uno de los que llamó a Pérez de los Cobos para presionarle sobre el
informe del 8-M.
Menos
mal que, para algunos, sigue vigente lo de el
honor es mi divisa.
¡¡¡VIVA LA GUARDIA CIVIL!!!
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