Una
cosa (buena) hay que reconocerle a Sin vocales, y es la tenacidad. Claro,
que a eso se le une la falta absoluta de empatía (el ser un psicópata, vamos),
la ausencia total de escrúpulos, la nula importancia que le otorga a la palabra
dada… Todo eso, junto, explica que fuera capaz de, una vez defenestrado de la
secretaría general de su partido, apañárselas para volver y, entonces sí,
convertirlo en SU partido.
Algunos
-¿muchos?- consideran que Pdr Snchz es un ególatra y un narcisista. Yo,
en ocasiones, pienso si en realidad no padece de un agudo complejo de inferioridad
-o de mediocridad-, y que es el afán de humillar a los demás dejando claro lo
superior que es a todos ellos lo que le lleva a hacer las cosas que hace.
Si
yo fuera dctr Snchz, tendría cuidado, porque el día que pegue un traspiés,
y lo pegará, en el PSOE le despellejan (literalmente, si pueden)… y esta vez le
entierran bien profundo y tiran la llave, a poco que sean inteligentes.
Claro,
que este último presupuesto, no sé yo, la verdad…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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