Podríamos
establecer una conexión entre Lord Acton y Bruce Springsteen. El primero dijo
que el poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente;
el segundo compuso aquello de que el pobre quiere ser rico, el rico quiere
ser rey, y un rey no está satisfecho hasta que rige sobre todo.
Viene
esta perífrasis a que, desde tiempo inmemorial, los políticos han tendido, consciente
o inconscientemente, descarada o solapadamente, a controlar cuantos más resortes
del poder, mejor, para así asegurar su permanencia (no sé para qué, la verdad:
cuando se mueran, se les van a comer los gusanos, como a todos los demás). Los políticos
españoles, y más si son de izquierdas -ya lo sé, ¡qué sectario soy!, pero qué
se le va a hacer-, han participado de esta tendencia.
Felipe
González, al que ahora repudian en el monstruo que él contribuyó a crear, fue
el que se preguntó si es que a determinados jueces no había nadie que les
dijera lo que tenían que hacer. Sin vocales fue el que no hace tanto, en
una entrevista televisiva, inquirió al entrevistador acerca de quién dependían
la fiscalía, y se contestó él solo: Del Gobierno, ¿no? Pues eso.
Pues
eso, ha colocado a una encubridora de pederastas y amiga de prevaricadores,
tres veces reprobada en sede parlamentaria, como Fiscal General del Estado.
Pues eso, la Fiscalía pidió de nuevo archivar la investigación contra Franco
por el 8-M y negó estar paralizando la instrucción. Pues eso, presentó un
recurso de apelación después de que la juez Medel desestimara su petición de
archivar la investigación contra Franco. Pues eso.
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
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