Incluso
aunque admitiésemos que fuera cierto que lo sucedido con el Covid-19 era algo
imprevisible -lo que no se compadece con el hecho de que alguna ninistra
diga que Portugal lo ha hecho mejor porque está más al Oeste, mientras que
nosotros lo hemos hecho al menos tan mal como Italia, estando bastante más al
Oeste que la bota-, ni siquiera los más acérrimos apologetas del desgobierno
socialcomunista -bien, vale, de acuerdo, ellos sí- se atreverán a decir que las
cosas no se podrían haber hecho mejor.
Y
se podrían haber hecho mejor. Hasta donde se sabe, el Covid-19 no tiene una
tasa de mortalidad necesariamente superior a otros ya conocidos, como el de la
gripe; es, nada más -y nada menos- más contagioso. Así que aunque mate a la
mitad de contagiados que el virus de la gripe, si se contagia diez veces más
acabará matando a un quinientos por ciento más.
Y
esto se sabía desde, prácticamente, el principio. Por eso, permitir los actos
multitudinarios el 8 de Marzo -fueran aquelarres feminazis, partidos de fútbol
o asambleas de VOX- fue como echar gasolina a unas brasas. O dicho de otra
manera: hay profesionales médicos que, trabajando para la Administración
pública -es decir, para los socialcomunistas-, admiten que el 8 de Marzo disparó los contagios.
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario