Los
apologetas, sean o no de izquierdas, de la actuación del desgobierno socialcomunista
ante la crisis del Covid-19 suelen aducir, en el mejor de los casos, que el dúo
Picapiedra lo ha hecho lo mejor posible y que a ver qué hubiera hecho un
gobierno del PP.
Falso
de toda falsedad (tampoco es una sorpresa, teniendo en cuenta de quiénes
hablamos), o al menos así podría deducirse de las palabras del consejero de Sanidad
de la comunidad autónoma de Madrid (ya sabéis, esa que, según Rafael Sin
mangas, hace que por estar en España tenga nuestro país tantos muertos…
oficiales, claro), que en una entrevista ha relatado el encuentro que tuvo el 9 de Marzo con los (i) responsables del Ministerio de Mortandad. En Madrid ya se
habían empezado a plantear medidas, espantados por lo que se nos venía encima; por
parte del filósofo y su pandilla se dudaba si adoptar medidas inmediatas, e
incluso el portacoz científico del desgobierno -ese que, dos días antes
no le habría dicho a un hijo suyo que no fuera al aquelarre feminazi- dejó entrever
sus dudas sobre la efectividad del cierre de los centros educativos.
Fue
entonces -siempre según el relato del consejero- cuando el ministro filósofo pidió
por favor que le pasaran las medidas que iba a adoptar la comunidad madrileña antes
de hacerlas públicas en el Consejo de Gobierno.
Es
decir, que no tenían ni idea de qué hacer, y que lo que hicieron -demostrando
en esto un afán de emulación que corre parejo con el que dctr Snchz
empleó en su tesis doctoral; que copiaron a saco, vamos- fue seguidismo de un
gobierno trifachito.
Por
ello, y por mucho más…
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