Los
necionanistas identitarios son gente sin el menor sentido del ridículo. Son
capaces de defender que el tafanario vascongado es más prieto, o más turgente,
o vaya usted a saber qué, que el maqueto, y a dejar el culo al aire para
demostrarlo.
Son
capaces también de vanagloriarse de una especie especial, valga la rebuznancia,
de gallina, o de sufragar con cargo a los fondos públicos -que, ya se sabe,
para algunos no son de nadie- sesudos estudios que todo el género humano, de
Adán para abajo, poco menos que tiene cromosomas con barretina.
Y
con la que está cayendo, el jefe de prensa de una policía regional es capaz de
poner a caer de un burro (¿del palio? ¿del púlpito? De la silla gestatoria no,
esa ya no se estila) a todo un arzobispo porque sus mensajes en una red social
de mensajes breves no están escritos en ese dialecto del occitano que se hablaba
en Barcelona.
¡Nos
han fotut! Que ya sé que es valenciano, pero mesentiende.
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