Entre
los izquierdistas españoles -y entre los que no lo son, pero aceptan lo que
dicen aquéllos- se sostiene que la derecha (o las derechas) se
han apropiado de los símbolos nacionales. Yo creo que no es así.
Cuando
las manifestaciones de protesta contra el desgobierno socialcomunista -que, al
igual que los aplausos desde los balcones, parecen haber decaído- surgieron, no
eran pocos los que llevaban banderas de España. ¿Porque eran de derechas? Quizá
algunos, pero se hace difícil pensar que en un país sociológicamente de izquierdas
-como decía mi madre, algo en lo que no estaba de acuerdo con ella- haya tantos
derechistas. No: estoy convencido de que, si llevaban la enseña rojigualda, era
porque saben que molesta a la izquierda, tanto más cuanto más radical sea.
Y
no es porque sea un símbolo franquista, como acostumbran a decir esos
paletos ignorantes que llaman inconstitucional, preconstitucional o anticonstitucional
al águila de san Juan, cuando no es ninguna de las tres cosas. Les molesta
porque, como el himno, el escudo o la Corona, es símbolo de la unidad de
España, patria común e indivisible de todos los españoles.
Desde
la derecha nunca se ha llamado cutre pachanga fachosa a la Marcha Real. Desde
la izquierda, sí. Desde la derecha nunca se ha acudido a manifestaciones con
otra bandera que la nacional. Desde la izquierda, sí, de la tricolor republicana
a la tinta de sangre comunista. Desde la derecha nunca se ha silbado el himno
nacional. Desde la izquierda, nacional o regional, sí. Desde la derecha nunca
que han quemado, retirado o denigrado imágenes del Jefe del Estado o de su familia.
Desde la izquierda sí.
Así
pues: ¿de quién es la culpa?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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