Cuando
no era más que un agitador callejero, el Chepas acostumbraba a decir que
las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado no eran más que matones al
servicio de la casta.
Ahora,
en cambio, es la Guardia Civil es la que protege Villa Tinaja. Y no solo
la dotación de Galapagar, municipio en la que residen Junior, su
calientacamas y sus tres vástagos, sino que la Benemérita -por orden del ninistro
Pequeño, claro está- ha tenido que reforzar el dispositivo de vigilancia
con una quincena de agentes de Villalba, El Escorial y Torrelodones.
Nadie
ha preguntado a Junior si sigue considerando como matones a los que le
protegen. Quizá porque, ahora, él es también casta. Y de la peor.
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