miércoles, 3 de junio de 2020

Rojos y ruina, las dos empiezan con erre

Para la izquierda española, todo debe estar al servicio del gobierno (es decir, del partido). Incluso el que es considerado menos malo de los presidentes de gobierno socialistas -tampoco es que la competencia sea muy dura-, es decir, Felipe González, preguntó en voz alta, con cámara y micrófonos, si es que no había nadie que les dijera a los jueces lo que tenían que hacer.
En este sentido, los socialistas nunca han tenido demasiado sentido de la vergüenza. Pero en el consejo de ninistros trufado de sinvergüenzas que tenemos la desgracia de padecer, el sentido del bochorno brilla por su ausencia, y lo hacen todo con la máxima desfachatez. Si en el proceso se cargan el sistema, las instituciones y lo que se les ponga por delante, a ellos les da igual. Si Hacienda fulmina el secreto profesional de los asesores fiscales para convertirlos en sus detectives, les da igual. Y si se genera temor a una subida masiva de impuestos -y quien lo dice no es un cualquiera sino un ex director de la Agencia Tributaria-,  a ellos les da igual.
Con tal de gobernar, les da igual. Aunque sea sobre las ruinas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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