Todos
los políticos de todos los países en todas las épocas han tendido, en mayor o
menor medida, a servirse en provecho propio de lo que debería estar al servicio
de todos. Sin embargo, aquí y ahora (la España actual), el desgobierno
socialcomunista está batiendo todos los récords… y mira que era difícil.
Porque
entre las labores de la Abogacía General del Estado se encuentra el
asesoramiento jurídico de la Administración General del Estado y de sus
organismos autónomos, así como la representación y defensa en juicio, ante
cualesquiera jurisdicciones y órdenes jurisdiccionales, del Estado y de sus
organismos autónomos, organismos y entidades públicos, sociedades mercantiles
estatales y fundaciones con participación estatal, y de los órganos
constitucionales en los términos previstos en la legislación vigente.
Pero
no creo que esas funciones se extiendan a la defensa de las personas que ocupen
cargos en la misma cuando los procesos se dirigen contra estas personas. Y menos
aún a cosas como acusar a la Guardia Civil de hacer literatura y a la
juez del 8-M de efectuar una búsqueda voraz en la causa, por más que el
delegado del Gobierno en Madrid pudiera haber actuado correctamente en el
ejercicio de sus competencias.
Ha
devenido, por tanto, en una Abogacía General del Gobierno, más bien. Claro que
vistos los antecedentes en el proceso contra los responsables del golpe de
Estado en Cataluña tampoco es tristemente de extrañar.
Por
ello, y por mucho más…
¡¡¡EL
GOBIERNO ES RESPONSABLE!!!
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