viernes, 26 de junio de 2020

Intolerancia con los intolerantes

El problema de ser tolerantes con los intolerantes es que ellos no pagan con la misma moneda. Es decir, si transiges con comunistas, terroristas, separatistas y demás gentuza de esa ralea, ellos lo tomarán como una muestra de debilidad y lo que harán será apretar las tuercas.
Es el caso de los símbolos. La bandera de España se puede arriar, denostar, quemar, silbar y hasta anudar en forma de horca, y todo ello será defendido por quienes lo hacen como una muestra de la libertad de expresión. Pero si se hicieran cosas semejantes, o incluso una mínima parte de ellas, con los símbolos separatistas, terroristas, comunistas o racistas vascos, los ofendidos clamarían al cielo, lo considerarían una muestra de intolerancia y motejarían a los autores del ultraje con ese término multiusos (para ellos, claro), el de fascistas.
Tenemos así el caso de una ministra de un gobierno de un país en el que el jefe del Estado es el Rey. Y, aunque no lo fuera, que tiene como bandera una rojigualda. Pues bien, esa calientacamas, buena para nada y ahíta de ignorancia, sobre prometer el cargo de parlamentaria con alguna soflama de las que se estilan entre los de su caterva, va por ahí con una pulsera con los colores de la tricolor republicana.
Y encima se permite el lujo ella, la calientacamas de un miserable que defendía tomar el cielo por asalto, de decir que la derecha lleva semanas llamando a la insubordinación del Ejército. Cosa que es falsa, por una doble razón: ni la derecha lo está haciendo (al menos, públicamente), ni el ejército tiene en mente otra cosa que el servicio a la patria.
También afirmó, en un alarde de lealtad de pareja, que el problema es que llamamos terroristas a quienes Franco llamaba terroristas. El problema, Irenita, es que tan ilógico es dar por errónea una cosa si eres de derechas y viene de la izquierda, como si eres de izquierdas y viene de lo que tú consideras derecha. Aunque, la verdad sea dicha, es que en el primer caso hay muchísimas más posibilidades de acertar.
Claro, que como el nivel intelectual de quienes les votan es el que es, es hasta probable que esos mantras calen…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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