Antes de encaramarse al poder, Sin vocales decía a todo aquel que quisiera escucharle -e incluso a quienes no teníamos la más mínima gana de hacerlo- que jamás pactaría con comunistas, separatistas, golpistas, terroristas y populares.
De todas esas líneas rojas, la
única que no ha cruzado es la del PP. Por ello, yerran quienes achacan a populares
o pomelos la responsabilidad del desgobierno socialcomunista que tenemos
la desgracia de padecer: si el psicópata de la Moncloa ha pactado con los
miembros de la coalición Frankenstein, ha sido por elección, no por
obligación.
Y por ello, que ahora se
descuelgue Ñoñilondo II diciendo que no pactará con el Chepas
porque le intranquiliza ofrece la misma seguridad que las pomposas
afirmaciones de su jefe de filas. En primer lugar, porque el PSOE es un partido
fuertemente jerarquizado, y desde que el psicópata recobró la secretaría
general, más: nadie se mueve sin que lo decida él, y cuando se produce el
movimiento es en el sentido que él decida. Vamos, si hasta le confecciona las
listas, y se vuelca en la campaña electoral como ningún presidente del gobierno
lo había hecho hasta ahora…
Y, en segundo lugar, porque, o
las encuestas yerran mucho -más que de costumbre, quiero decir-, o la única
posibilidad de que el PSOE ocupe la Real Casa de Correos pasa por una unión de
todos contra el PP y Vox.
En cualquier caso, ojalá no tengamos que ver cómo el ñoño Ñoñilondo II incumple su palabra.
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