Uno de los rasgos más característicos de los seres humanos es, como dijo Nuestro Señor Jesucristo, ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio. O, dicho en términos más mundanos y menos parabólicos, acusar a los demás de aquellos defectos de los que uno adolece.
En esto, como en tantas otras
cosas, los suciolistos españoles demuestran ser más humanos que nadie. Y
su líder actual, el psicópata de la Moncloa, más que ninguno. Porque ya tiene
bemoles que, en la presentación de su candidato a las elecciones regionales
madrileñas, haya criticado el narcisismo de la política actual, pero haciendo
referencia a Isabel Díaz-Ayuso.
Él, al que sólo le falta llevar un espejo colgando para preguntarle sin cesar quién es el más guapo de este mundo y parte del extranjero…
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