Los golpistas catalanes suelen acusar, a quienes les critican, de perseguirles por sus ideas. Pero si alguien en España demoniza a los demás por tener opiniones contrarias, esos son precisamente los antedichos golpistas.
Demonizan
a los comerciantes que eligen rotular sus locales en español. Demonizan a los
padres que desean para sus hijos una educación en el idioma que todos los
españoles tienen el derecho a usar y el deber de conocer. Demonizaron al PP
firmando contra él el llamado pacto del Tinell. Y ahora, los seguidores
del bleferóptico con sobrepeso, camuflando que no avanzan las negociaciones
para formar elegir a un presidente del consejo regional de gobierno, proponen
un pacto antifascista para impedir que Vox forme parte de la mesa de la asamblea
legislativa regional.
Vosotros, golpistas, sois los verdaderos fascistas.
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