En el momento de ponerme a escribir estas líneas tengo la imagen mental de dos sujetos que, precipitándose en vertiginosa caída al final de la cual encontrarán la muerte, no dejan sin embargo de pelearse y atizarse.
No logro recordar el contexto
-aunque acabará llegando, siempre pasa-, pero es lo más parecido a la situación
en la que se encuentran las fuerzas políticas golpistas catalanas, que no
logran ponerse de acuerdo para formar gobierno regional porque el desprecio
entre Cocomocho y el bleferóptico con sobrepeso envenena las negociaciones.
Pues nada, a ver si revientan y
nos dejan en paz de una refitolera vez.
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