En este segundo volumen de la trilogía dedicada al Gran Almirante chiss -parece que a Timothy Zahn le va hacerlo así, porque ya hubo una antes, y habrá otra dentro de poco-, la acción se desdobla, y mientras asistimos al desarrollo de la relación entre el protagonista y Darth Vader, nos enteramos también de que no es la primera vez que cruzaron sus caminos.
De hecho, por el modo en que el Lord Sith recuerda los hechos, casi parece que padeciera de esquizofrenia, puesto que considera a Anakin Skywalker como una persona distinta.
Así las cosas, y como suele ocurrur en las trilogías, este segundo volumen, además de hacer avanzar la trama, deja el escenario listo para el desenlace que tendrá lugar, a no dudarlo, en el tercer volumen de la saga.
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