Cuando todo el asunto de las mociones de censura entre suciolistos y pomelos estaba todavía en el aire, dije a mis más allegados -mi padre y uno de mis hermanos- más o menos lo siguiente: concediendo que Iván Redondo es un tío bastante astuto en materia de política, llegará el día en que se pase de listo; y quizá esta semana sea cuando ha llegado ese día.
Y eso que cuando lo dije parecía
que las cosas le iban a salir bien en Murcia, por más esquizoide que resulte el
que un partido presente una moción de censura contra un presidente en cuyo
consejo de gobierno se sientan. Lo dije sólo cuando Isabel Díaz-Ayuso, esa a la
que se han dedicado a atacar durante toda la pandemia -no dándose cuenta de que
haciendo eso la hacían crecer a ojos de los votantes del PP, a los que
galvanizaban, en plan podrá ser una inútil, pero es nuestra inútil; o,
como decíamos de pequeños, mi hermano será un idiota, pero con mi hermano
sólo me meto yo-, adelantándose por la mínima a socialistas y comunistas,
disolvía la asamblea y convocaba elecciones anticipadas en Madrid.
Que el arrimarse de Arrimadas al
desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer era un tiro en
el pie -el típico ser peor el remedio que la enfermedad- era algo bastante evidente
para cualquiera que tuviera ojos en la cara y dos dedos de frente. Hasta qué
punto no lo sabíamos, pero una encuesta realizada esta misma semana indica no
sólo que el PP se merienda prácticamente todo el voto pomelo,
sino que éstos, al caer por debajo del cinco por ciento, se convierten en un
partido extraparlamentario en Madrid.
Así las cosas, me atrevo a hacer una predicción: por más que ambas lo nieguen, si Díaz-Ayuso continúa presidiendo el consejo de gobierno de la comunidad de Madrid tras las elecciones del próximo 4 de Mayo, ofrecerá un puesto importante a Cayetana Álvarez de Toledo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario