Lo malo de los soberbios sin fundamento -lo malo para ellos, se entiende- es que la realidad es muy tozuda, y no suele amoldarse con facilidad a sus construcciones mentales. Habitualmente, estos soberbios que menciono no aprenden de la lección, y siguen considerando que el mundo es injusto y que conspira contra ellos.
Es el caso del líder neocom,
que cuando se lanzó a la arena electoral madrileña por designación escrotal lo
hizo ofreciéndose, no sólo a participar, sino a liderar una confluencia
de fuerzas de izquierdas que frene a lo que el llama la ultraderecha.
Lo malo es que su ejecutoria por
mantenerse en la cumbre ha ido dejando tras de sí una multitud de cadáveres
políticos que ya quisieran para sí los del universo de The walking dead.
Porque, en efecto, esos muertos se han ido agrupando en otra formación
-a la que yo califico de neoneocom-, que ha sobrepasado es votos y
escaños a aquella de la cual se escindió; sin llegar demasiado lejos, en
cualquier caso, aunque sí más lejos de lo que nunca llegó -al menos en Madrid-
la subsumida Izquierda Hundida.
Así las cosas, cuando el Chepas
les propuso que se pasaran con armas y bagajes de la nave neoneocom al
esquife neocom, la respuesta no se hizo esperar, y no fue precisamente
en el sentido que al marqués de Villa Tinaja le hubiera gustado. Según los
neoneocom, sabrán frenar a la ultraderecha (sí, los remoquetes son los
mismos, prueba de que se trata de los mismos chacales con distinta piel de
borrego) sin que Junior les tutele. Porque, dicen, Madrid no es una serie de Netflix.
Para redondear la frese sólo les habría bastado añadir que es una serie de HBO, porque en el juego de tronos, o ganas o mueres. Y Junior, aunque no quiera darse cuenta, es ya un cadáver político…
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