Por parte del giliprogrerío suele afirmarse que Estados Unidos es un país racista. Específicamente, que los blancos -y más si son republicanos- desprecian y oprimen a los negros.
Los que
afirman tal cosa tienden a olvidar que pocas cosas hay más racista en Estados
Unidos que un demócrata del Sur. Que quienes han nombrado a negros como
secretarios de Estado -un cargo nada desdeñable- han sido los republicanos, y
en dos ocasiones: Colin Powell y Condoleeza Rice. Que ciudades en las que los
negros son pobres -perdón por la expresión, pero he sido conciso en aras del
mayor impacto-, como Chicago o Washington D.C., llevan décadas siendo
gobernadas por los demócratas (incluso con alcaldes negros). Que en la mayor
parte de las muertes violentas de personas negras, el causante es ogra persona
negra. Que lo de las vidas negras importan es un bonito eslogan, pero no
deja de ser otra pamema giliprogre.
De esto último se han dado cuenta en el Brentford, equipo inglés de fútbol, que han decidido dejar de apoyar el movimiento (la manifestación gráfica es hincar la rodilla en tierra) porque no tiene ningún impacto.
Pues sí que han tardado en darse cuenta...
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