Todavía hay quienes, a derecha e izquierda, responsabilizan al PP -y, en menor medida, a Ciudadanos- por el hecho de que el psicópata de La Moncloa se apoye, para gobernar, en la llamada coalición Frankenstein, que agrupa lo peor de cada casa: comunistas, terroristas, nacionalistas periféricos, secesionistas e interesados turolenses.
Sin embargo, nada más
lejos de la realidad. Si el PSOE gobierna con quienes gobierna es porque quiere
hacerlo, no porque tenga que hacerlo o porque no le haya quedado otro remedio.
Y la prueba es que, a la hora de desencallar la sedicente reforma laboral, y a pesar del ofrecimiento del partido pomelo, el psicópata ordenó a Félix Bolaños que hablara con sus cómplices, no con Ciudadanos.
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