El ninistro de… de… Dios mío, no encuentro un antónimo que me valga para el nombre verdadero del departamento dirigido (hacia el desastre) por el enterrador de Izmierda Hundida es un ejemplo palpable de la falacia del principio de Peter, ese que dice que en una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: Alberto Garzón ha ascendido muy por encima de su nivel de incompetencia. De hecho, si se hubiera mantenido en su nivel de incompetencia, estaría al fondo (a la izquierda, claro) del abismo de Challenger… o más allá todavía.
A lo que vamos. Hará un par de meses, como llevaba tiempo sin decir alguna tontería y sin atentar contra la libre empresa, y eso es algo que le supera, el ninistro comunista decidió prohibir los contestadores de atención al cliente en las empresas, instaurando el derecho a ser atendido por una persona física y no por un robot. Dicho en la habitual gilijerga del desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, garantizar una atención eficaz, accesible e inclusiva, no discriminatoria que se pueda incluso evaluar.
Y es que le tienen que meter sus adjetivitos a todo (¿qué pinta aquí lo de inclusivo?, me pregunto), aunque no vengan a cuento…
No hay comentarios:
Publicar un comentario