Uno de los mantras de la izquierda en general, y de los neocom en particular, es que los políticos -de derechas, claro- están en la cosa pública única y exclusivamente para lucrarse. La izquierda no, la izquierda está para trabajar por la gente. Lo que callan es que la gente por la que trabajan es su gente. O sea, ellos mismos.
Del mismo modo, critican
la corrupción… de los demás. Pero no la suya. Y si pusieron a caer de un burro
a los consejeros de Caja Madrid / Bankia -sólo a los del PP,
claro, aunque por allí andaban también del PSOE y hasta miembros de los
sindicatos más representativos- por utilizar tarjetas black, hace
un año nos enterábamos de que los neocom usaron cajeros black
para sacar dinero procedente de la consultora chavista Neurona.
No fue mucho dinero, es verdad -apenas cinco mil euros, pero hay que tener en cuenta que es la intención lo que cuenta. Y la de estos figuras era la de defraudar.
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