La llamada ley de violencia de género, sobre ser gramaticalmente incorrecta, es jurídicamente inconstitucional, porque discrimina en función del sexo.
Conocidas tengo que dicen que
semejante discriminación es necesaria. Ahí, ni entro ni salgo. No estoy de
acuerdo con esa discriminación -desde agravamiento de las penas hasta inversión
de la carga de la prueba-, pero, ya que existe, reconózcase. Pues ni por esas.
Afortunadamente, esa perspectiva
no impregna, todavía, todo el ordenamiento jurídico. Por eso, cuando un
progenitor, sea del sexo que sea, se va con sus hijos, no ya sin el
consentimiento, sino incluso sin el conocimiento del otro, es un secuestro. Aunque
hay algunos delincuentes, como la tristemente célebre (qué ajustado es el idioma
de Shakespeare y Churchill, que esa expresión en español la sintetizan en una
sola palabra, notorious) Juana Rivas, que se muestran convencidos de que
secuestrar a sus hijos no será un delito en el futuro.
Si lo hace una mujer, al paso que vamos, no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario