lunes, 24 de enero de 2022

Dormir en un mar de estrellas

En el octavo capítulo (El saneamiento de la Comarca) del libro sexto de El señor de los Anillos (la segunda mitad de la tercera parte, El retorno del rey), Saruman le dice a Frodo Has crecido, mediano. Sí, has crecido mucho.

Eso es exactamente lo que he pensado de Christopher Paolini mientras leía este libro: ha madurado como escritor. Las influencias siguen estando ahí -la ciencia ficción clásica, quizá el personaje de Veneno de los tebeos de Marvel como base para el filo dúctil, los Q`wrrlln de Alpha Flight que me han venido a la mente al leer sobre los Wranaui …-, pero la cosa ya no es tan descarada como con Eragon.

Una cosa que nunca me había pasado es prestar atención al modo en que está relatada la novela. Paolini adopta el punto de vista único del personaje principal, Kira Navárez, puesto que todo lo que ocurre es visto a través de sus ojos, y son sus pensamientos los únicos que conocemos. Podríamos decir, por lo tanto, que este personaje aparece en todas y cada una de las páginas de la obra.

Y, tal y como está planteado el final, amenaza continuación.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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