Que la izquierda en general, y la española en particular, no sabe gestionar, es algo que se pone de manifiesto cada vez que ponen sus zarpas sobre los caudales públicos. Siendo furibundos republicanos, se pasan la vida tirando con pólvora del rey, desde el punto y hora en que asumen que el dinero público no es de nadie.
Así las cosas, no es de
extrañar que se muestren dispuestos a gastarse hasta ciento sesenta y dos mil
euros de recursos comunitarios para la realización de una encuesta sobre estrategias de internacionalización de los servicios.
Que la cosa, así mirada,
no está mal. Pero si tenemos en cuenta que la encuesta no es obligatoria para
las empresas, dado que no es una operación recogida en el Plan Estadístico
Nacional -se trataría de un despliegue de recursos que no tiene garantías de
éxito en lo referido a la cumplimentación y tampoco responde a los objetivos
centrales fijados en la estrategia estadística que elabora el gobierno cada año-,
y que la muestra mínima exigida por el Ministerio de Industria abarca unos cuatro
mil cuestionarios, resulta que el precio de mercado de los sondeos que manejan
los principales diarios y empresas españoles se sitúa entre dos y cuatro veces
por debajo del coste fijado en la licitación, de modo que el sobrecoste es más
que evidente..
Por ello, y por mucho más…
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