Estamos en un estado de cosas que cada vez que un varón hace algo -entendámonos: un varón heterosexual, y algo en relación con las mujeres-, lo hace única y exclusivamente porque él es varón y ella es mujer.
Cada vez que un varón
agrede a una mujer, el giliprogrerío y los medios en general lo califican de crimen
machista. Si un hombre hace un comentario sobre una mujer, es un comentario
machista. Si un hombre critica a una mujer -por muy inútil, estúpida,
inepta o fea que pueda ser la criticada-, es una crítica machista.
Viene esto a propósito de
un artículo escrito por una conocida -hasta donde sé, persona nada fanatizada y
con bastante más entre oreja y oreja que serrín-, en el que comenta el caso de un
hombre que asesinó a su pareja, al parecer por motivos económicos, de docenas
de cuchilladas. Pues nada, siendo el móvil el dinero, esta chica -el referirme
a casi cualquier mujer, incluso de mi misma edad, como chica, indica que
servidor va teniendo ya una edad… aunque, como suelo decir, la alternativa es
mucho peor- calificó, según recuerdo, el crimen de machista.
Será porque el euro es
masculino. Quizá con las pesetas esto no habría ocurrido... porque cuando era la moneda oficial no nos habíamos vuelto (como sociedad) tan rematadamente tontos.
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