sábado, 14 de junio de 2025

A contrario sensu

Cuando un socialista español coincide con la verdad, lo hace por una pluralidad de motivos, ninguno particularmente digno de encomio.

Puede hacerlo porque considera que le puede resultar beneficioso, o porque puede beneficiar a un adversario. Puede hacerlo por error, sin querer. Puede, finalmente, hacerlo casi sin darse cuenta o, dicho de otra manera, de modo que alguien más inteligente que él -tampoco hay que correr demasiado- y con más mala leche -esto último sí que tiene mérito- le de la vuelta a sus palabras, o se limite a interpretarlas literalmente.

Tomemos el caso del ministro Gorgoritos -se me acaba de ocurrir ahora, porque es uno y trino-, el inefable Félix Bolardos, que declaró lo siguiente en relación con la instrucción que se sigue contra la pareja del psicópata de La Moncloa:

Esta instrucción ya no es motivo de preocupación para la gente honesta y con la conciencia tranquila que se está viendo afectada, es motivo de preocupación máxima para todos los que defendemos el buen nombre y la imparcialidad de los jueces y magistrados de este país

Dado que no son honestos, no tienen la conciencia tranquila y -desde luego- no defienden el buen nombre ni la imparcialidad de los jueces y magistrados españoles, es claro que están preocupados.

Máximamente.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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