Los artistas tienen derecho, como cualquier otra persona, a expresar públicamente sus opiniones. Y tienen el deber, como cualquier otra persona, de soportar las críticas que esas opiniones puedan suscitar.
Es más, considero que es un deber agravado
(incrementado), ya que son personajes públicos, conocidos, y es indudable que
(consciente o inconscientemente) se aprovechan de esa notoriedad para dar más
eco a sus declaraciones.
No recuerdo exactamente que reacciones
provocó el que Blanca Paloma, que nos representara en Eurovisión no hace
demasiados años, pidiera la expulsión de Israel del festival. Supongo que los
progres la aplaudirían con las orejas… y que los que no lo somos tanto
pasaríamos de ella.
Porque el que tengas talento artístico no quiere decir que seas inteligente o estés mejor informado.
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