Parece que la incoherencia izquierdista no sólo tiene lugar en Europa: en la otra punta del globo también andan en eso.
La izquierda suele proclamarse verde,
esto es, ecologista. Por eso, se acuñó la expresión de ecologismo sandía,
verde por fuera pero rojo por dentro. De boquilla, defenderán la naturaleza y a
los animales mientras, por ejemplo, propugnan sin pestañear normas que liberalicen
el aborto y la eutanasia (si es que hay algo de bueno en que te maten).
Pues bien, en Australia el gobierno, de
izquierdas, autorizó la muerte de setecientos cincuenta koalas con francotiradores
desde helicópteros. Cuestionados por la opinión pública, adujeron razones
humanitarias. Teniendo en cuenta que humanitario es aquello que mira
o se refiere al bien de la especie (la Real Academia Española de la Lengua habla de género,
término taxonómicamente incorrecto, puesto que actualmente sólo hay una especie
del género Homo) humana -no hay, por tanto, catástrofes o desgracias
humanitarias, salvo quizá el colapso fulminante de Ferraz 70 mientras se
celebra una reunión del comité federal del partido de la mano y el capullo- se
hace difícil pensar cómo el acabar con tres cuartos de millar de marsupiales va
a beneficiar a las personas.
A los políticos que lo decidieron, de momento, les ha salido el tiro por la culata…
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