Esta es otra de esas ocasiones en que, a seis semanas vista, escribo notas sobre un par de temas que, en el momento de apuntarlos, considero que están relacionados; pero que, cuando por fin llega el momento de escribir, no logró recordar qué puñetera conexión había entre ambos temas. Vamos a ello.
El primero es que cada vez que
hay una catástrofe, real o imaginada -la idea me surgió, no hace falta decirlo,
tras el apagón en España de finales de Abril-, la gente se lanza a las tiendas
a por, sobre todo, papel higiénico. Debe ser alguna especie de compulsión atávica
la que impele a algunos seres humanos a entrar en la eternidad -por no hablar
de presentarse ante el Altísimo, en el caso de los creyentes- con el culo
limpio.
La segunda idea me vino a la mente un Viernes,
volviendo en coche de hacer la compra (semanal) en el Carrefour Vi a una
urraca caminando a saltitos antes de emprender el vuelo y pensé en cómo
demonios, por muchos millones de años que transcurran, se pudo llegar a eso
partiendo de un pez (por no hablar de un trilobites o similar). Naturalmente,
sé perfectamente que la cosa no se produjo de repente, sino que hubo
innumerables pasos intermedios -muchos de ellos conducirían a callejones sin
salida-, pero el pensamiento estaba allí.
Salvo la contraposición entre Fe y ciencia, no veo relación entre los dos temas, la verdad...
No hay comentarios:
Publicar un comentario