En su día me leí el libro que, como dije en su momento, conocí porque me había enterado de que la serie se basaba en el mismo.
Bueno, pues a pesar de que son sólo tres
temporadas, y menos de cuarenta capítulos, me ha llevado literalmente años
terminar de verla. Por alguna extraña razón -además de avatares vitales
personales-, los episodios se me hacían bola y me quedaba dormido al verlos -me
ha pasado hasta en el último-, con lo que tenía que retroceder y recuperar.
Debo reconocer el mérito que supone el
adaptar una novela tan complicadita como la de Gaiman, aunque al principio me
chocara que el personaje de Sombra Moon lo interpretara un negro. Una vez te
acostumbras -creo recordar que Gaiman no daba indicaciones sobre la raza del
personaje-, la cosa funciona bien, porque el reparto es ajustado, con especial
mención a las elecciones de Crispin Glover como el Señor Mundo y de Peter Stormare como Czernobog.
Lo peor de todo es que por problemas creativos, de audiencia y demás, la serie terminara, además de con varias tramas sin resolver, en un cliffhanger de libro, con el Señor Ibis indicando que se aproxima algo mucho peor que la muerte de los antiguos dioses. Y dado que Gaiman se encuentra cancelado por acusaciones de violencia sexual, es poco probable que la cosa se remate de ningún modo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario