Como he dicho muchas veces, el sanchismo no supone una novedad en el partido de la mano y el capullo, salvo en cuanto a la intensidad.
Es decir, todas las tropelías que están
perpetrando ahora, las han perpetrado ya, sólo que con algo menos de intensidad
y mucho menos descaro. Por ejemplo, usar los medios públicos de comunicación
como instrumentos de desinformación y propaganda. Desde los tiempos de Peludiño
padre la cosa ya daba asquito, pero es que ahora el ente reclama al psicópata
de la Moncloa otros cuarenta millones para completar su presupuesto, ya que,
consideran, el servicio público tiene que estar bien financiado para competir
con las demás cadenas de televisión, que no reciben fondos directos del Estado
pero que pueden ingresarlos por medio de la publicidad.
Olvidan que el servicio público a quien debe servir es al público, no a la mano que les pastorea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario