Hay un refrán español (supongo que traducido de su equivalente en latín) que dice que rectificar es de sabios. Hay otra expresión -ésta, creo que completamente nuestra- que dice a buenas horas, mangas verdes.
Ambos aforismos podrían aplicarse a José Luis
Escrivá, gobernador (es decir, mamporrero del psicópata, porque así es como éste
concibe la política) del Banco de España, que a finales del mes pasado criticó
la ineficiencia de las políticas que se han llevado a cabo en los últimos años
en materia de reducción de la desigualdad, entre las que se puede incluir la
prestación del llamado ingreso mínimo vital.
Además de decir que estas políticas adolecen de eficiencia (cuando lo que debería decir es que adolecen de ineficiencia), omitió el pequeño detalle de que él mismo, cuando fue ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, ayudó a diseñar ese sistema de medidas. Si fuera coherente, dimitiría.
Si lo fuera...
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