En general, procuro no discutir. Básicamente, porque lo considero una pérdida de tiempo: la otra parte no me va a convencer, y yo carezco de paciencia para intentar convencer a esa otra parte.
Por eso, cuando en una controversia abro la
boca, estoy muy seguro de lo que digo, porque creo que tengo elementos de
juicio y porque lo he meditado bien. Es decir, que no me limito a expresar una
opinión, sino que expongo un hecho.
Y punto pelota.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario