En esa competición demencial que se ha instaurado en el partido de la mano y el capullo por ser quien más le hace la pelota al jefe, la ausencia de sentido del ridículo está llevando la cosa a extremos delirantes.
Algunos se han atrevido a proponer, con toda
seriedad, la posibilidad de que el psicópata de la Moncloa sea candidato al
premio Nobel de la Paz. Que, de los seis galardones con ese nombre, mantiene
una dura pugna con el de Literatura por ser el más desprestigiado; pero todo
tiene un límite.
Pues bien, una diputada socialista se ha
tirado a la piscina sin mirar si había agua y se ha atrevido a vaticinar que
acabarán haciendo santo a Sin Vocales (es decir, que sería sn Pdr
Snchz). Algo bastante curioso, teniendo en cuenta que es ateo y anticatólico.
Ahora, sólo faltaría que se produjera otro milagro.
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